Antes que nada y a través de estas líneas y esta nueva sección, quiero saludar con mucho aprecio y cariño a mi buena amiga Claudia, ella fue quien en un principio me animó a volcar mi pensamiento en esta sección; un saludo también para un buen amigo, consejero y casi 'asesor' sentimental como lo es Javier, con quien he empezado a edificar una amistad sincera y pese a algunas diferencias existe un gran respeto y aprecio de uno para con el otro.
Esta nueva sección, es más que nada para que tú amiga, amigo, me conozcan un poco más en el aspecto humano, ese lado que con el paso del tiempo cada vez está muy venido a menos, casi en el límite del olvido, de la debacle de la humanidad.
"¿La condición humana; qué es eso?", leí una nota titulada en una ocasión en la afamada revista argentina El Gráfico. En la misma, su autor, un reconocido psicólogo gaucho, narraba el entusiasmo de un grupo de "hinchas" de un equipo de segunda división, celebrando la cruenta golpiza que le daban a un barrista contrario de apenas 16 años, el resultado de tal acción fue la muerte del chico dos días después. Les comento de una nota del año 1998.
Ahora, en pleno 2011, duele decirlo, escribirlo; ese tipo de "sacrificios" públicos son celebrados por propios y extraños. Hace unos días fue asesinado el ex dictador libio, Mudamar Gadaffi. La historia a estas alturas ya es conocida por todos: de quién fue él, su "legado" a la humanidad, en especial al pueblo libio; sus crímenes de lesa humanidad, pero me pregunto: ¿ Es para celebrar la muerte de un ser humano?. De acuerdo, como señalé líneas arriba, él asesinó gente, sí; pero no era necesario ultimar a un tipo desarmado, ya derrotado en ese momento. Lo que se cometió con él fue una bestialidad, era suficiente con tenerlo herido, sangrante, humillado, derrotado, pero de ahía, ¿a darle un tiro de gracia?. La verdad que yo que el chico que les disparó no tendría cara para contarle a mis hijos y nietos que asesiné a una persona, por más mala que ésta haya sido.
Lo mismo ocurrió con la muerte de Osama Bin Laden. Alan García, por entonces Presidente del Perú, dijo una de las estupideces más grandes cuando dijo que era una gran alegría ese asesinato. ¿Acaso dijo lo mismo cuando se cometió la matanza de El Fronton en su primer gobierno?, ¿habrá sentido ese mismo sentimiento cuando dijo que los aborígenes que reclamaban sus derechos en ese momento eran ciudadanos de segunda clase?. A la muerte de Bin Laden le siguieron festejos por ese acontecimiento. Y es bueno recordar que nunca se supo al cien por ciento que él había sido el responsable de los atentados del 11 de setiembre, el gobierno norteamericano tiene mucho que responder ante la opinión pública por las controvertidas acciones previas de la CIA y el FBI.
Vivimos una etapa de la humanidad en la cual se ha perdido el respeto por los demás. Se han perdido valores como la justicia, la verdad, la lealtad, la libertad de culto y pensamiento,el amor. Recuerdo mucho cuando antes era común escuchar en la calle un "por favor", un "gracias", o en los buses cuando subía una señora, cederle el asiento, ahora no; vemos animales que miccionan en la calle sin importar que hay niños alrededor, que hablan lisuras a voz en cuello.
Los seres humanos de ahora, no todos claro; no saben apreciar el gran don que tenemos dentro de nosotros: la vida. Tal vez en ese sentido tenga razón el sórdido personaje de John Crymer, o Jigsaw, de la película SAW. Es necesario que pasemos por una situación de apremio para que en verdad sepamos qué es la vida, lo bella que puede ser la misma. Tal vez ese sea el mensaje encubierto que tenemos cuando sufrimos terremotos, huracanes y demas desastres naturales.