La ventaja de trabajar en la calle es el poder interactuar y conocer a las personas. Las hay de todo tipo a estas alturas donde el respeto para con el prójimo, para la autoridad en sí se ha perdido por completo.
Por ejemplo en los buses ya no se respeta aquello de ASIENTO RESERVADO. Es un clásico el ver a esos "dormilones repentinos" que ni bien el bus se detiene en un paradero ellos de pronto caen en los brazos de Morfeo. Claro, hay personas que hacen el típico 'roche' con frases del tipo: "Levántate oye!", o " no te hagas el dormido". Y si bien hay gente que los considera brutos e ignorantes (injustamente) son los mismos cobradores, los primeros en exigir que se cumpla esa disposición, ahora, la pregunta sería si lo hacen por que les nace hacerlo, o por la disposición legal en sí, solo ellos saben la respuesta. Y ya que estoy en el tema del transporte público: es impresionante el desparpajo quienes manejan unidades pequeñas, las popularmente llamadas 'combis', la S por ejemplo: ¿cómo van a llevar parada a la gente en donde uno apenas puede ubicarse en un asiento encorvando el cuerpo?. Eso me parece una salvajada tremenda por parte de ellos, aunque claro, hay que verlo desde la perspectiva del pasajero que por x motivos termina viajando así.
Otras de las falencias de nuestra alicaída sociedad es la manera de expresarse. Es 'normal' gritar lisuras en la calle, es 'normal' mentar la madre a lo lejos sin importar que hay mujeres, que hay niños oyendo esas palabras altisonantes. Ahora también, es una 'costumbre' pronunciar mal ciertas palabras tal es así que " dile que te dea", remplaza a "dile que te de"; o que "¿cuántos SIGLOS dura esta carrera?", remplaza a "¿cuántos ciclos dura esta carrera". "Quinto de SEGLUNDARIA", remplaza a "quinto de secundaria"; "En enenantes" remplaza a "antes" o al ya aprobado "enantes"; o expresiones como: "sube arriba", "baja abajo", "acomoda los pieses", "fulbol"; ni el refresco "Cifrut" se salva, hace unos días escuché en Metro: "Dile que compres Cifrus".
Ya no se pide "por favor", ya no se oye "gracias". Los niños ahora se mentan la madre. Recuerdo que visitando un colegio un niño le dijo a a una niña: "Ven pues perra", ¿qué respondió la niña?: "Perra tu vieja". ¿?. Las noticias de asesinatos y agresiones diversas de hijos hacia sus padres y viceversa aumentan; noticias de abusos contra los niños siguen por doquier; las familias se pelean por plata, se matan por ella. Me pregunto: ¿dónde está la Iglesia en esos casos?. El agente de inteligencia infiltrado en la embajada del Japón; Juan Luis Cipriani, más se preocupa por sus peroratas políticas que por ver la manera de apoyar y aportar a las familias descarriladas, pero de este tipo (quien no me merece respeto alguno pese a su investidura) me ocuparé después.
Urge un cambio radical (contigo no es Kouri) del sistema educativo para las generaciones venideras; un cambio que implique por sobre todas las cosas, reafirmar el amor por las familias y para el país. Somos un país que está sometido a la homogeneización proveniente de los Estados Unidos, una homogeneización mal imitada y asimilada que lo único que ha hecho es traer confusión y rebeldía en esta generación que sin conocer del todo su cultura, pretende suplantar otra que no está en la capacidad de captar y entender porque simplemente no es la suya.
Respondiendo la pregunta inicial; diría que estamos sumergidos en el fondo de la mediocridad de la cual se encargaron de llevarnos nuestros propios gobernantes ante la vista y paciencia de quienes debieron impedirlo: la Iglesia Católica que como tal no existe en el Perú.
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