El fin de semana que hemos vivido los peruanos el pasado jueves y el sábado posterior, quedará escrito en la historia contemporánea de nuestra generación por la atención que concitó el ya desaparecido Mercado Mayorista de La Parada.
El jueves la policía nacional del Perú sufrió literalmente una señora paliza a manos de los matones provenientes del cerro San Cosme, El Pino y el temible barrio de San Pablo. Imágenes como la del policía Cajahuanca cayendo de su caballo de manera aparatosa y la posterior paliza por parte de los desadaptados quedará grabada en las retinas de todos los peruanos que veíamos atónitos de hasta donde puede llegar la bestialidad y maldad humana ante su similar, lo más vergonzante de todo fue la manera como intentaron matarlo a punta de pedradas pese a que ya estaba desmayado tras la brutal caída.
Otra imagen chocante fue aquella en la que un policía queda a merced de los forajidos y es masacrado sin piedad alguna y luego rematado por una piedra enorme que le lanza uno de los malnacidos antes de retirarse.
Pero la maldad humana no solo quedo reducida para con otro ser humano; la misma quedo reflejada también al atacar a los caballos que de manera errada fueron destinados a resguardar la colocación de los bloques de contención. Símbolo de la decadencia social que tienen estas personas quedó demostrada en los videos posteriores donde se observa como los desadaptados arrojan piedras, palos y demás objetos contundentes a los animales claro, sin tener en cuenta a la yegua que tuvo que ser sacrificada por tener una fractura en una de sus patas.
Sin embargo y cual revancha, ayer sábado las fuerzas policiales fueron quienes se cobraron con creces la paliza recibida el jueves y prácticamente le devolvieron la humillación pública a los maleantes quienes se vieron sorprendidos en su propio terruño y reducidos de la manera como ellos suelen hacerlo en las calles que creen ser suyas: cogoteados por el cuello para que sientan lo mismo de sus víctimas cuando ellos les arrebatan algo en (tomando la estrofa de la canción de Héctor Lavoe) 'la selva de cemento'.
Ha sido un fin de semana especial no solo para los limeños, sino también para los peruanos; ha quedado demostrado que más allá de tener a gobernantes inoperantes y demás problemáticas sociales, nuestra sociedad ha caído en una anarquía casi sin precedentes en la historia de nuestro país. Es necesario que el gobierno encabezado por el Presidente Humala ponga las barbas en remojo y establecer normas más duras para los desadaptados de nuestra sociedad y por qué no, evaluar la aplicación de la pena de muerte que es necesaria para salir del postramiento social en el cual nos encontramos y del cual parece será muy difícil salir.
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