A continuación el relato de un seguidor del blog a quien llamaré 'Dante' y que comparte con nosotros un sueño o pesadilla que tuvo hace un buen tiempo.
Antes que nada tengo que aclarar que soy una persona cien por ciento católica, creo en Dios, en su poder, en su grandeza. Pero así como creo en Dios, creo en la existencia del diablo, en su maldad, en su influencia en el ser humano, en las masas de gente como la que se apoderó ayer en la Lima virreynal del amigo Gilbert a quien agradezco nuevamente el cederme este espacio en el blog.
La pesadilla que contaré a continuación, se dió hace unos tres años aproximadamente, me encontraba atravesando en ese momento una de las etapas más difíciles de mi vida: mi esposa me dejó, todo me salía re mal, me quedé sin empleo, mis amigos me dejaron de lado, me sentía de lo peor. Me volví amigo de la mala vida, drogas, trago, putas y demás.
Llegó el día en el cual tuve que volver a la realidad, cuestionarme qué estaba haciendo con mi vida en ese momento, más que nada hacia dónde iba, la respuesta encontró como punto de partida el final de todo ser humano, pero como llevaba mi vida, el ocaso de la mía sería signada por una muerte acelerada, rápida, violenta.
Saqué del banco nacional unos ahorros, el departamento donde vivía lo alquilé y fui a vivir a uno más pequeño, adiós ciertos lujos y gollerías. Traté de acercarme a Dios, empecé a orar, a pedirle por mí, a ser el Dante que todos conocían, pero sobretodo; el Dante que yo quería ser.
Todos los domingos acudía a misa, me mataba literalmente el ver a las familias unidas, cantando, abrazándose al momento de la paz, algo dentro de mí daba alivio, pero había 'algo' que me frenaba.
Una noche tras mi cena que consistió en arroz y huevo frito y un vaso con agua, lloré de la rabia, maldiciendo por mi mala suerte, por mi desgracia, a las personas que me timaron, a desear venganza, además estaba deseando tener el dinero suficiente para sobrellevar el mal momento por el que estaba atravesando, la solución pareció llegar de la manera más inesperada.
Dormía placidamente, cual película que estaba viendo durante el sueño, me encontraba en una hermosa área verde, un aire fresco recorría el paraje, a lo lejos oía el canto de los pajaritos, un canto casi armonioso, el cielo era un celeste hermoso, casi brillante, palomas blancas volaban sobre mi cabeza. yo estaba sentado cómodamente contemplando el expectáculo.
Una voz de un hombre mayor me sacó de mi concentración:
- Buenos días, ¿puedo?. (Estirando su vetusta mano mostrándome el espacio vacío a mi costado).
- Buenos días, claro.
- Ahh, hermosa vista, hermoso lugar.
- Sí, más que nada relajante, me permite olvidarme de todo.
- Sí, yo cada vez que puedo vengo para sentarme y disfrutar este paisaje, no hay nada mejor que escapar del ruido y aprovechar los días que Dios nos regala cada día.
Un escalofrío recorrió mi cuerpo, sus ojos verdes me miraron y preguntó casi dudoso:
- ¿Cree en Dios, verdad?
- Sí, sí. De hecho, ahora que estoy pasando un momento especial en mi vida me he acercado más a él.
- Yo me he preguntado eso siempre: ¿por qué los seres humanos se acercan más a Dios cuando les va mal?. es decir, si creemos en él tenemos que orar nos vaya bien o mal ..
- Sí, tiene razón, siempre pensamos en Dios cuando la mano viene dura y bueno ..
- ¿Está sufriendo mucho, verdad?, digo, sino es molestia saber.
Recordar esas palabras aún ahora que las escribo me provoca un esaclofrío terrible, miré al hombre, me acomodé en la banca y empecé a contarle mi agitada vida, él me miraba con mucha atención e incluso preocupación. Cuando estaba a punto de quebrarme, tomó mi hombro y preguntó suavemente:
- ¿Quieres vengarte?
- No, no es eso... sí, si quiero vengarme.
Sonriendo de oreja a oreja preguntó:
- ¿Qué esperas para hacerlo?, date cuenta: tu esposa se burló de tí, perdiste tu empleo por una traición de quien alguna vez dijiste que era tu amigo; te embaucaron en el negocio, ¿y tú te quedarás tranquilo?
La mirada del hombre se volvió en una mirada dura, inquisidora, el cielo empezó a nublarse, los pájaros desaparecieron, un aire caliente se dejaba sentir, la mano del hombro parecía que me perforaría el hombro, traté de pararme no pude, su presión era fuertísima.
- Lo que tú quieres es venganza, yo soy tu llave para hacerlo, necesitas guita para hacerlo tú lo sabes, yo lo sé, te estoy dando la oportunidad de vengarte, es lo que tanto quieres. ..
Por más que trataba de zafarme no podía, su mirada empezó a tornarse en intimidante, no me podía parar, el sonreía y abría sus ojos cada vez más, riéndose a mandíbula batiente me retó:
- ¿No sabes quién soy?
AL grito de "¡¡Déjame!!" desperté, me senté violentamente haciendo saltar las sábanas, mi respiración estaba agitando, una sensación gélida estaba en la habitación, me incorporé para lavarme la cara, abrí el grifo balbucendo para tranquilizarme:
- Solo fue una pesadilla, tranquilo Dante.
Una voz detrás mío preguntó:
- ¿Crees que soy una pesadilla? ... mira ... (señalando mi cama) ahí tienes la solución a todos tus problemas.
La cama estaba llena de fajos de dólares, un mareo se apoderó de mí, suavemente el hombre me decía:
- Ahí está la solución que tanto deseabas, podrás vengarte, pero tendrás que agradecermelo todos los días de tu vida ..
El hombre avanzaba hacía mí, "¡¡Lárgate!!" grité retrocediendo, tropecé y caí de espaldas, drámaticamente me desperté en el suelo de la habitación, me cercioré que esté realmente despierto, lo que siempre me quedará la duda es si ese sueño doble realmente fue un 'contacto' con el ángel caído. Lo único que sé es días después me llamaron de un buen trabajo y que para mi sorpresa inicial, uno de los jefes que me aceptó es muy parecido al tipo de la pesadilla.
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