Uno de los puntos por el cual se le critica al ya confirmado presidente de la república, Ollanta Humala Tasso, es el hecho que pueda cambiar la Constitución Política del Estado.
Un cambio que no tendría nada de malo teniendo en cuenta que los peruanos estamos amparados por una Carta Magna idealizada, creada y ejecutada durante un gobierno de facto como fue el régimen de Alberto Fujimori Fujimori.
Hagamos memoria rápidamente: tras el autogolpe perpretado por Alberto Fujimori y cía en contra de la democracia el 5 de abril de1992, el régimen dictatorial de entonces creó una nuvea Constitución Política del Estado dejando de lado la Carta Magna de entonces, es decir la constitución de 1979. Esto lógicamente bajo la fachada llamada Congreso Constituyente Democrático (CCD) que pasó a remplazar al congreso bicameral anterior (integrado por senadores y diputados) quienes crearon esa nueva Constitución donde obviamente, la misma era para favorecer al gobierno de facto.
Es bueno recordar además, que la misma creación de ésta es por demás controversial ya que (y muy pocos han mencionado este punto) en la Constitución Política de 1979 en su artículo 307 se lee lo siguiente: " Esta Constitución no pierde su vigencia ni deja de observarse por acto de fuerza o cuando fuere derogada por cualquier otro medio distinto del que ella misma dispone. En estas eventualidades todo ciudadano investido o no de autoridad tiene el deber de colaborar en el restablecimiento de su efectiva vigencia. Son juzgados, según esta misma Constitución y las leyes expedidas en conformidad con ella, los que aparecen responsables de los hechos señalados en la primera parte del párrafo anterior. Asimismo, los principales funcionarios de los gobiernos que se organicen subsecuentemente si no han contribuido a restablecer el imperio de esta Constitución.El Congreso puede decretar, mediante acuerdo aprobado por la mayoría absoluta de sus miembros, la incautación de todo o de parte de los bienes de esas mismas personas y de quienes se hayan enriquecido al amparo de la usurpación para resarcir a la República de los perjuicios que se les haya causado. "
Como se puede ver, la Constitución de 1979 no puede ser derogada bajo ninguna circunstancia, sin embargo, Fujimori y sus secuaces se encargaron de maniatar no solo el sistema democrático del país sino también nuestra Carta Magna.
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