jueves, 9 de junio de 2011

REFLEXIONES POST ELECTORALES

Como era de esperarse, el fin de la campaña electoral ha traído consigo un sin número de dudas, de agitación civil solapada y por supuesto la herida abierta en las huestes fujimoristas.

En verdad es interesante desde un punto de vista sociológico lo que está pasando: el país, hoy más que nunca, está polarizado; están los humalistas por un lado, los fujimoristas por el otro, y los out siders mirando desde la parte alta de la tribuna como se devoran ambos bandos. Lo lamentable es que que demuestra a su vez el bajo nivel el cual ha llegado nuestra sociedad.

Es inconcebible que en pleno siglo XXI, la discriminación y el racismo sigan vigentes en el país. Está demas repetir y citar los calificativos que algunas personas que se dicen llamar 'cultas', lanzan a través del Facebook o del Twitter a quienes votaron por Ollanta Humala, y aún contra el electo presidente de la república.

Ni que decir del shock producido en los medios de comunicación. Lo del domingo a partir de las 16 hrs después de que dieron el flash electoral fue simplemente vergonzoso: los resultados a boca de urna en todos los canales daban como ganador a Ollanta Humala. Con el correr de las horas, y ante la escasa reacción de la jefa de la ONPE,Magdalena Chú, todos los conductores apesadumbrados repetían los resultados, hacían sus 'certeros' análisis, entrevistaban a sus invitados. Cuando a las 22 hrs, salió Magdalena Chú a decir que la diferencia era mínima y por si fuera poco, que los resultados se darían a través de la página web de dicho organismo, algunos 'periodistas especializados' reían, se mofaban de los partidarios de Ollanta Humala que celebraban en la Plaza 2 de mayo su eventual triunfo, incluso les aconsejaban que mejor vayan a sus casas a esperar los resultados. ¿A eso se llama periodismo imaprcial, veraz?. Y como si suficiente verguenza no fuera necesaria, no transmitieron el mensaje de salud y agradecimiento del entonces electo presidente Ollanta Humala.

Desde ese día, hasta el momento que escribo la presente nota, al situación es inestable aún: los diarios que durante la campaña apoyaban abiertamente a Keiko Fujimori y atacaban a más no poder a Humala, llaman a la calma tomando las palabras del presidente electo, cuando antes ni siquiera tomaban en cuenta sus declaraciones en plena campaa a no ser que vapulearan las mismas en sus páginas. El periodista Jaime de Althaus, hasta el martes salió con cara de pocos amigos (parecía que había chupado un limón pasado incluso) al momento de hacer sus programas. ¿Ayer miércoles?, no salió, ¿hoy jueves?, no salió. ¿Estará mal del hígado tal vez?. La lista de periodistas 'asados' es larga ante este resultado, los que antes reían y subestimaban que Humala llegaría al poder salen con cara de "...qué digo?.

Los peruanos debemos entender algo, en especial aquellos de la 'vieja escuela periodística' enquistada en lugares clave de esta hermosa profesión: el Perú es rico en materias primas, tradiciones, cultura; si un sector de la población (que deben aceptarlo, ha sido mayoritario, aplastante) cree que Humala debe conducir este carro llamado Perú, hay que dejarlo trabajar libremente. Alan García tuvo su oportunidad dos veces y sabemos los resultados de ambas gestiones. Alberto Kenya Fujimori, también las tuvo y bueno, ni hablar, ya conocemos la historia y donde ha ido a parar; Alejandro Toledo, tuvo su oportunidad y pese a sus escándalos y de su entorno, dejó al país apuntando a futuro.

Ahora es el momento de Ollanta Humala, un peruano (no como el reo Fujimori cuya partida de nacimiento nunca se supo si era peruana o japonesa) que al igual que cualquiera de nosotros, que tu amiga(o) que lees esta nota tiene virtudes y defectos; aciertos y desaciertos; él ahora tiene la oportunidad de devolverle al Perú su respeto y dignidad que ha perdido hace buen tiempo. Es hora que los peruanos empujemos de una vez el carro y lleguemos por fin madurar como sociedad y como país.

No hay comentarios:

Publicar un comentario