martes, 9 de septiembre de 2014

CARRERA INFERNAL


No, no me refiero a la película protagonizada por el desaparecido Pal Walker, sino a lo que está siendo en este momento la actual campaña política de las elecciones municipales en pos del sillón de Nicolás El Viejo. Una carrera en la cual está valiendo de todo, donde no existe el tal ‘Pacto Ético’ ( si uno es mal pensado entenderá entonces el por qué Luis Castañeda no acudió a la firma de ese pacto, y menos al debate) a la hora de la hora todos se zurran en el tan mentado Pacto y enfilan su arsenal de odio y revanchismo político contra sus adversarios.

Pero, ¿saben que es lo malo amigos(as)?, no existe un candidato que diga puntualmente cuáles son las necesidades de Lima en este momento. El tema bandera de la campaña está siendo la seguridad ciudadana, claro, en momentos en el que la ciudadanía está a merced de los delincuentes, de los marcas, raqueteros, tienen que tener en sus propuestas ‘el gancho’ para engatusar al electorado, ¿qué nos garantiza a los limeños(as) mazamorreros(as) que llegada la hora de los loros, el alcalde o alcaldesa encare el problema como lo había planteado?.

Ahora resulta que todos son los salvadores de Lima, son los paladines de la justicia, los grandes estrategas de lo que sería una Lima reformada sustentada en sus eventuales gobiernos municipales basados en trabajo y sinceridad. Una sinceridad que con el correr del tiempo es una virtud por demás devaluada en muchos de nuestros políticos, es como si el electorado pensante se ha dado cuenta que nuestras autoridades gubernamentales son unos expertos timadores, con excepciones por supuesto, sería mezquino de mi parte poner a todos en el mismo saco.

Susana Villarán ha tenido cuatro años para mejorar Lima, lo único que ha conseguido es ganarse la antipatía de buena parte de la población por su soberbia, arrogancia y sobretodo creer que la gente es estúpida (aunque con tanto programa basura en la tv se sentirá reconfortada en que aún haya gente apoyándola). Muy al estilo de los boxeadores ranqueados, o de los luchadores de la WWE, ha retado a un debate ‘donde quiera, a la hora que quiera’ a Luis Castañeda Lossio, ¿dónde está el respeto por Salvador Heresi, por Enrique Cornejo, por Fernán Altuve y los demás contrincantes?. Villarán olvida la famosa ‘arena de La Herradura’, olvida el intento fallido en La Parada que ha costado miles de pérdidas para los vendedores de las inmediaciones gracias a los saqueos de los facinerosos, olvida su vergonzoso experimento llamado ‘Corredor Azul’.

¿Y qué decir de Luis Castañeda Lossio?. Como van las cosas, todo apunta a que se convertirá en el sucesor de Susana Villarán post elecciones del 5 de octubre. La sombra del caso ‘Comunicore’ lo perseguirá durante la campaña por más que haya sido limpiado de la causa, de ganar, considero que hará un buen gobierno municipal para enterrar de una vez por todas la controversia por tal espinoso caso. Debo admitir que está llevando muy bien su estrategia: un silencio imperturbable al comienzo con apariciones en videos conversando con ciudadanos como cualquiera de nosotros, escuchándolos, mostrando tal vez el cómo debe ser un político que de verdad quiere trabajar por la comunidad, es decir estar con perfil bajo, sin peliculinas de ningún tipo y hablar con la gente, escuchar sus necesidades, mostrar un “te escucho, ¿en qué te puedo ayudar de confiar en mí?”. Pero ahí es donde sale a relucir lo escrito líneas arriba : ¿qué hacemos con ‘Comunicore’, lo olvidamos?.   

Lo cierto que a estas alturas del siglo XXI con una democracia a trompicones a lo largo de nuestra historia republicana, los peruanos estamos siendo testigos de una campaña electoral por demás lúgubre ya que demuestra la clase de autoridades políticas que tenemos. Recordemos sino el asesinato de hace unos días del alcalde de Amarilis Marzony Vásquez Ramón , lo lamentable del caso (no tanto como el asesinato) es que ninguna autoridad que por cuestión de sucesión en el cargo quiso tomar el lugar dejado por el fenecido alcalde, por qué, por temor a ser asesinado, ¿dónde queda el principio de autoridad?, ¿dónde queda la responsabilidad, la inteligencia, el criterio para ser capaces de salir adelante y enfrentar el problema?. No olvidemos el caso también del actual alcalde de San Juan de Lurigancho, Carlos Burgos, quien más parece preocupado en entornillarse en el sillón municipal del distrito más grande de Lima, que de poner fin a las dudas existentes referidas a su controvertida gestión.

El 5 de octubre será la elección municipal, la televisión marketera lo llama de manera casi burlona “La fiesta democrática”, (no entiendo que de fiesta tiene cuando nos obligan ir a votar, a mí nunca me han impuesto ir a una fiesta, o me han castigado por no ir a una fiesta)lo cierto es que tal vez a esas alturas y como van las cosas, acudamos con caras largas a las urnas lamentando y renegando por nuestra desdicha de tener por autoridades a una clase impresentable de políticos.

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