jueves, 26 de enero de 2012

UN EXTRAÑO SER EN CHANCHAMAYO

Por razones de trabajo, en el 2004 fui a Chanchamayo, para ser más exacto a la localidad de san ramón. Dicho pueblo, ubicado en plena selva central estaba rodeado de hermosos paisajes naturales: ríos, montañas imponentes verdes y con tormentas estruendosas que jamás olvidaré, al igual que sus lluvias que para el grupo de limeños que fuimos era una novedad por lo mismo que estas eran de gotas grandes y caían sin cesar, parecía que del cielo habían abierto una ducha y nos refrescaba del calor que imperaba en un pueblo de tal vez unos mil habitantes.

La misma inquietud que despierta mi carrera, hizo que tras las reuniones de trabajo que consistía en los programas de radio que teníamos en una emisora local, "Conexión Urbana" y "Sentimiento Latinoamericano"; mi amigo Miguel 'El Mondy' y Rosita en nuestros ratos de ocio saliéramos a la calle a buscar entablar conversación con la gente del pueblo para saber algo más de la localidad, sus tradiciones, misterios, la misma idiosincrasia de los habitantes.

Ayudados por Richard, nuestro productor y oriundo de la zona, llegamos a enterarnos de algunos de esos misterios de un pueblo alejado y misterioso como lo era San Ramón. Una de esas historias (y confieso que era la que más miedo me dió) era la de una hermosa mujer que aparecía todas las noches del primer día de cada mes, en uno de los islotes del imprevisible río Tulumayo. El relato narraba la historia de una linda mujer que aparecía esas noches y con su hermosura hacía que los hombres que pasaban por el borde del río, seducidos por la belleza de la fémina cruzaran el río a rescatarla, luego estos eran arrastrados por las gélidas aguas del río y sus cadáveres aparecían más adelante. El misterio lo pude corroborar después, ya que indagando en la comisaría del pueblo los primeros días de cada mes se registraban denuncias de desapariciones de personas, luego, las mismas eran halladas días posteriores kilómetros más adelante del río.

Pero lo que nunca olvidaré, será lo que experimentamos una madrugada Richard y yo. Eran las dos de la madrugada, salimos a comprar unas gaseosas y unos bocaditos para "alimentarnos" esa pesada y por demás lluviosa noche. Tras comprar, los tres regresábamos por el medio de la calle charlando y riéndonos de los chistes que íbamos contando en el camino, cuando nos disponiamos a cruzar una de las calles, los tres vimos sorprendidos a alguien que estaba en cuclillas tomando agua desesperadamente de un riachuelo natural que había en el pueblo. Por la misma lluvia y oscuridad deduje que su ropa (o lo que tendría encima) era gris. Los tres nos miramos sorprendidos, incluso me atrevería a decir que por un momento ni sentía la lluvia que caía sobre nosotros, recuerdo que dije a mis amigos sin mirarlos: "El pobre se debe estar muriendo de sed para tomar agua de ahí. El personaje en ese momento pareció oir algo, Richard dijo fríamente: "Vamos", sentí que me halaron, el personaje este volteó y lo que vimos nos dejó más helados: su cabeza era redonda, hizo algo parecido a un gruñido y mostró unos dientes afilados, el "vamonos carajo!" de Richard me hizo volver a la realidad, lo primero que hicimos fue que pese a la lluvia saliéramos corriendo de ahí.

Nunca llegamos a saber que era ese ser, es más,  Richard y ahora último Miguel han preferido olvidar el incidente pero de lo que estoy seguro es que esa noche vimos un misterio más de esa casi enigmática localidad que si bien es cierto de día es bonito y acogedor, en la noche cierne sobre sí un halo de misterio abrazador.

Quiero volver.

1 comentario: