
Ubicada entre Venecia y Lido en la Laguna de Venecia, la isla tuvo su apogeo en el 421 DC cuando los habitantes de Padua se refugiaron en las islas tras las invasiones bárbaras. A partir del siglo 9 la isla de Poveglia empezó a ser intensamente poblada.
En 1379 Venecia sufrió el ataque de una flota genovesa, por lo que la gente de Poveglia fue trasladada a Giudecca, y el gobierno veneciano construyo en la isla una fortificación permanente, llamada "el Octágono," todavía visible en la actualidad como se podrá observar en la foto
Llegada la peste durante la edad media, cada infectado o sospechoso de poder estarlo, o peor aún, cualquier fallecido por la devastadora peste era llevado a la isla. El desolador panorama era que los moribundos tenían que pasar sus últimas horas o últimos días con los cuerpos sin vida que eran arrojados por los guardias venecianos en fosas las cuales posteriormente eran quemadas; la misma política se adoptó con las otras pestes y de ahí fue que cambió de nombre a la isla de 'los muertos' ya que se calcula que más de un millón de personas agonizaron y perecieron ahí..

Pero si bien lo ocurrido durante la edad media en medio de la peste que azotó Europa, Italia especialmente, existe otra historia mucho más terrorífica que esa. En la década del 30 del siglo XX, en un intento de que la isla recobrara vida se aperturó en Poveglia un hospital psiquiátrico y el asunto no hizo más que agravar a los pobres pacientes que contaban historias fantasmales que tenían como punto central el toque de campanas de la iglesia isleña a medianoche.
El director del hospital empezó a experimentar con los pacientes realizándoles trepanaciones y lobotomías para agujerear el cerebro de los pobres internos del hospital a quienes además los sometía a todo tipo de torturas cuando se le complicaba alguno de su 'trabajos'. El final del director del hospital psiquiátrico fue igual de tenebroso: entró en un franco proceso de locura y terminó lanzándose desde la torre del hospital.
Después de estos incidentes la isla quedó vacía y clausurada hasta que una familia acaudalada la compró como propiedad privada. Si bien son los dueños de la isla no viven en la misma, solo soportaron un día ya que no fueron bien recibidos por los fantasmas del pasado, si bien no han relatado que les ocurrió, su hija salió herida recibiendo catorce puntos en la cara. Actualmente la familia solo utiliza Poveglia para plantar sus viñedos, pero solo por el día. Todos los que van allí salen atemorizados por los lamentos que escuchan y el extraño ambiente que se respira.
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