Tras el terremoto ocurrido en Chile el último sábado, el gobierno de Perú con su Presidente Alan García Pérez a la cabeza, se ha puesto a trabajar en lo que sería una campaña de previsión ante un probable movimiento sísmico de grandes proporciones en nuestro país donde no se descartaría un terrible tsunami.
El primer mandatario señaló la mañana de hoy (este informe se realiza el miércoles 3 de marzo) que se contratará cientos de ingenieros para que inspeccionen las zonas de mayor peligrosidad con el fin de crear un plan adecuado de prevención.
Asimismo, y ante el creciente temor de un probable tsunami como consecuencia de un terremoto de fuerte intensidad, declaró que "Vamos a poner en marcha la operación de compra de un sistema de detención y alerta temprana de tsunamis. Debemos advertir a la población que todo aquel que viva a 500 metros de la ribera del mar, cada vez que ocurra un sismo, debe buscar protección alejándose de la zona".
Y es que en los últimos días a cobrado fuerza la posibilidad de que un tsunami de fuertes proporciones alcance el litoral peruano ante el retiro de este a un máximo de 200 metros y el comportamiento anómalo del mar y del mismo clima. A esto hay que sumar la advertencia de expertos en el tema que aseguran que ahora sí “nos toca” un terremoto. El Presidente del Instituto Geofísico del Perú, Ronald Woodman declaró hace poco a la pregunta de una periodista local sobre el futuro de Lima en caso un terremoto devastador azote el territorio: “Se necesita un estudio de vulnerabilidad. ¿Cuántas casas y edificios se han construido de manera antisísmica? Si hoy sucediera en Lima un terremoto como el que acaba de producirse en Chile sería desastroso. En Pisco hubo un sismo de menor intensidad. ¿Con un terremoto de 8,8 cuántas casas se vendrían abajo? ¿Los hospitales se mantendrían en pie? ¿Se darían abasto? ¿Y los colegios? En el Congreso hay preocupación, pero falta acción.” Cada uno de los ciudadanos de a pie somos quienes sabemos la realidad por dónde vamos, y hay que decir que lamentablemente de ocurrir un sismo similar al ocurrido en Chile la cantidad de muertos sería tremenda: en los cerros habitan familias en casas de adobe, las calles en las mismas son estrechas y curvilíneas. En el caso de El Callao, según Woodman, el distrito de La Punta desaparecería, “Pasará por La Punta y el Callao, de todas maneras. El tsunami que ocurrió en el 2007 al sur de Paracas fue muy similar al que sufrió el Callao en 1746. El mar llegó diez metros más arriba de su nivel normal, imagínese diez metros encima de las casas de La Punta, seis metros son dos pisos. Imagine todo el Callao bajo ese nivel de agua que llega en quince minutos…”.
Lo lamentable de todo este asunto es que (desde ya quién escribe este reporte lo advierte) desde el 2009 se le solicitó al Ministerio de Economía (previo debate en la Comisión de Presupuesto) que se le otorgue un millón de dólares al Instituto Geofísico del Perú para la adquisición de un sistema de alarma que advierta la presencia amenazante de un tsunami, dicho pedido permaneció en el letargo todo el 2009, y recién ahora que ha ocurrido una tragedia tan cerca en el vecino sureño el Presidente Alan García dice que se adquirirá dicho sistema y aprovechó la ocasión la oportunidad para pedir a la población que sepa el estado de sus residencias para evitar cualquier desgracia, olvidando que como cabeza de estado debe preocuparse de brindarle adecuada y oportunamente la seguridad a la población. No hay duda que de pasar una desgracia próximamente, ya hay un gran responsable y ese será el mismo presidente por no cuidar a sus conciudadanos. Por ejemplo, en el 2004, en Sumatra murieron cerca de 240,000 personas porque el gobierno en su momento hizo oídos sordos a la comunidad científica ante el pedido de la adquisición de un sistema de alarma para prevenir a la población ante la llegada de un tsunami.
El viernes 26 de febrero, el Ing. Woodman estuvo en el Congreso de la República ante la Comisión de Defensa para hablar justamente de la posibilidad de un tsunami en nuestro país (estamos hablando de un día antes del terremoto en Chile), ¿qué creen que pasó?, uno a uno, los integrantes de la Comisión se retiraron de la sala quedando solo el presidente del grupo quien, según relata Woodman, estaba leyendo otro material distinto al tema abordado. Desde ya queda constancia de quiénes son los responsables en caso ocurra una tragedia mayor olvidando que la Carta Magna dice en su artículo 163: “El estado garantiza la seguridad de la nación mediante el Sistema de Defensa Nacional. La defensa nacional es integral y permanente.”
Finalmente, quiero dejarles con un video triste, pero que nos sirva de lección de lo que nos puede ocurrir en caso no se adopten las medidas preventivas necesarias.
El primer mandatario señaló la mañana de hoy (este informe se realiza el miércoles 3 de marzo) que se contratará cientos de ingenieros para que inspeccionen las zonas de mayor peligrosidad con el fin de crear un plan adecuado de prevención.
Asimismo, y ante el creciente temor de un probable tsunami como consecuencia de un terremoto de fuerte intensidad, declaró que "Vamos a poner en marcha la operación de compra de un sistema de detención y alerta temprana de tsunamis. Debemos advertir a la población que todo aquel que viva a 500 metros de la ribera del mar, cada vez que ocurra un sismo, debe buscar protección alejándose de la zona".
Y es que en los últimos días a cobrado fuerza la posibilidad de que un tsunami de fuertes proporciones alcance el litoral peruano ante el retiro de este a un máximo de 200 metros y el comportamiento anómalo del mar y del mismo clima. A esto hay que sumar la advertencia de expertos en el tema que aseguran que ahora sí “nos toca” un terremoto. El Presidente del Instituto Geofísico del Perú, Ronald Woodman declaró hace poco a la pregunta de una periodista local sobre el futuro de Lima en caso un terremoto devastador azote el territorio: “Se necesita un estudio de vulnerabilidad. ¿Cuántas casas y edificios se han construido de manera antisísmica? Si hoy sucediera en Lima un terremoto como el que acaba de producirse en Chile sería desastroso. En Pisco hubo un sismo de menor intensidad. ¿Con un terremoto de 8,8 cuántas casas se vendrían abajo? ¿Los hospitales se mantendrían en pie? ¿Se darían abasto? ¿Y los colegios? En el Congreso hay preocupación, pero falta acción.” Cada uno de los ciudadanos de a pie somos quienes sabemos la realidad por dónde vamos, y hay que decir que lamentablemente de ocurrir un sismo similar al ocurrido en Chile la cantidad de muertos sería tremenda: en los cerros habitan familias en casas de adobe, las calles en las mismas son estrechas y curvilíneas. En el caso de El Callao, según Woodman, el distrito de La Punta desaparecería, “Pasará por La Punta y el Callao, de todas maneras. El tsunami que ocurrió en el 2007 al sur de Paracas fue muy similar al que sufrió el Callao en 1746. El mar llegó diez metros más arriba de su nivel normal, imagínese diez metros encima de las casas de La Punta, seis metros son dos pisos. Imagine todo el Callao bajo ese nivel de agua que llega en quince minutos…”.
Lo lamentable de todo este asunto es que (desde ya quién escribe este reporte lo advierte) desde el 2009 se le solicitó al Ministerio de Economía (previo debate en la Comisión de Presupuesto) que se le otorgue un millón de dólares al Instituto Geofísico del Perú para la adquisición de un sistema de alarma que advierta la presencia amenazante de un tsunami, dicho pedido permaneció en el letargo todo el 2009, y recién ahora que ha ocurrido una tragedia tan cerca en el vecino sureño el Presidente Alan García dice que se adquirirá dicho sistema y aprovechó la ocasión la oportunidad para pedir a la población que sepa el estado de sus residencias para evitar cualquier desgracia, olvidando que como cabeza de estado debe preocuparse de brindarle adecuada y oportunamente la seguridad a la población. No hay duda que de pasar una desgracia próximamente, ya hay un gran responsable y ese será el mismo presidente por no cuidar a sus conciudadanos. Por ejemplo, en el 2004, en Sumatra murieron cerca de 240,000 personas porque el gobierno en su momento hizo oídos sordos a la comunidad científica ante el pedido de la adquisición de un sistema de alarma para prevenir a la población ante la llegada de un tsunami.
El viernes 26 de febrero, el Ing. Woodman estuvo en el Congreso de la República ante la Comisión de Defensa para hablar justamente de la posibilidad de un tsunami en nuestro país (estamos hablando de un día antes del terremoto en Chile), ¿qué creen que pasó?, uno a uno, los integrantes de la Comisión se retiraron de la sala quedando solo el presidente del grupo quien, según relata Woodman, estaba leyendo otro material distinto al tema abordado. Desde ya queda constancia de quiénes son los responsables en caso ocurra una tragedia mayor olvidando que la Carta Magna dice en su artículo 163: “El estado garantiza la seguridad de la nación mediante el Sistema de Defensa Nacional. La defensa nacional es integral y permanente.”
Finalmente, quiero dejarles con un video triste, pero que nos sirva de lección de lo que nos puede ocurrir en caso no se adopten las medidas preventivas necesarias.
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