Muchas veces los seres humanos creemos saberlo todo, que hemos alcanzado lo más alto de la modernidad, que somos capaces de crear lo más avanzado en tecnología , lo lucimos y lo pregonamos a los cuatro vientos.
En esta ocasión quiero comentarles en esta sección uno de los temas por demás polémicos que aún la ciencia no sabe explicar, me refiero a la llamada Máquina de Antiquitera.
En el año 1900, los tripulantes de una embarcación desviada durante una tormenta en el mar griego, descubrió en las costas de la isla de Antiquitera, los restos de un barco romano hundido, como es de imaginarse la embarcación abandonada contenía restos de valiosos objetos de cerámica, pero en lo que en algún momento fue la bodega de la embarcación, se halló un aparato que contenía piezas, extrañas piezas de bronce corroídas. Dos años más tarde, el director del Museo Arqueológico Nacional de Atenas, Valerio Stais; examinaba los pedazos de metal con detenimiento y se dió con la sorpresa que éstos pedazos eran engranajes pertenecientes a un aparato de un funcionamiento mucho más complejo, una complejidad que no era atribuída a la época de la Antigua Grecia.
Fue en la década del 50, cuando el historiador y físico Derek de Solla investigó detenidamente el aparato e incluso, reconstruyó de manera aproximada lo que pudo haber sido ese aparato en la antiguedad. Tras esto, planteó que el extraño aparato habría sido un reloj astronómico que serviría para calcular la posición de la luna y los planetas para una fecha determinada, algo que lógicamente resulta extraño si se tiene en cuenta que los primeros relojes astronómicos de ese tipo conocidos databan del siglo XI después de Cristo.
En el 2006; los miembros del Proyecto de Investigación del Mecanismo de Antiquitera, respaldado por empresa como Hewlett-Packard y X-Tek Systems, así como las Universidades de Cardiff, Atenas y Tesalónica, y el Museo Arqueológico Nacional de Atenas, han continuado con los estudios de De Solla Price apoyados por la tecnología más moderna e hicieron públicas sus primeras conclusiones: la máquina estaba construida en madera y bronce, era de forma rectangular, tenía 31'5 cm de longitud, 19 de anchura y 10 de grosor. En la parte frontal disponía de un disco con agujas, y otros dos similares en la parte trasera. El aparato se accionaba mediante una manivela la cual se giraba hasta que las agujas del dial delantero señalasen diversos datos. Para el equipo, la misma podía predecir eclipses, los ciclos astronómicos, la posición del sol y de la luna en el zodíaco.
Basándose en la forma de las letras griegas se estableció que el año de construcción del aparato dataría entre el 150 y 100 antes de Cristo, es decir más antiguo de lo que se estimaba en un principio.Hasta el momento no se ha encontrado un duplicado del aparato y se desconoce si se fabricó otro de estos con anterioridad siendo considerado el único modelo de este enigmático caso.
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