Para muchos la Biblia es la palabra de Dios, la máxima referencia de las leyes de nuestro Señor, pero en ella existen textos por demás interesantes que a más de un investigador y/o seguidor del fenómeno ovni deja perplejo teniendo en cuenta que estamos hablando del libro más antiguo y difundido del mundo.
Lo que hoy llamamos abducciones, avistamientos, incluso los mensaje recibidos por parte de estos seres; figuran en estos extractos de diferentes libros de la Biblia incluido de uno de los libros 'censurados' como lo es el Libro de Enoch.
Empecemos a revisar algunos de estos textos:
“Me llevaron a un lugar
donde los que están son como fuego abrasador,
y cuando quieren, se aparecen como hombres”.
Libro 1 de Enoch. 17,1
“En aquellos días, cuando se multiplicaron los hijos de los
hombres, sucedió que les nacieron hijas bellas y hermosas. Las vieron
los ángeles, los hijos de los cielos, las desearon y dijeron:
Escojámonos de entre los humanos y engendremos hijos.
Semyasa, su jefe, les dijo:
—Temo que no desean que tal acción llegue a ejecutarse y sea yo quien pague por tamaño error.
Le respondieron todos:
—Juremos y comprometámonos, bajo anatema, entre nosotros, a no cambiar esta decisión y a ejecutarla ciertamente.
Entonces juraron todos de consuno y se comprometieron a ello bajo
anatema. Eran doscientos lo que bajaron a Ardis, que es la cima del
monte Hermón, al que llamaron así porque en él juraron y se
comprometieron bajo anatema. Estos eran los nombres de sus jefes:
Semyasa, el jefe supremo; Urakiva, Rameel, Kokabiel, Tamiel, Ramiel,
Daniel, Ezequiel, Baraquiel, Ásael, Armaros, Batriel, Ananel, Zaquiel,
Samsiel, Turiel, Yomiel y Araziel”
“Se levantó el Ángel de Yahvé que marchaba al frente del ejercito de
Israel, y se puso detrás de ellos. Se levantó también la columna de
nube de delante de ellos y se colocó a la espalda, intercalándose así
entre el campamento de los egipcios y el campamento de los israelíes.
Era nube y tinieblas (por una parte), y (por la otra) iluminaba la
noche, de modo que no pudieron acercarse aquellos a estos en toda la
noche” Éxodo14,19-20
“Entonces Yahvé hizo llover sobre Sodoma y Gomorra azufre y fuego
que venia de Yahvé, desde el cielo. Y destruyó aquellas ciudades, y toda
la llanura con todos los habitantes de las ciudades, hasta las plantas
del suelo. Mas la mujer de Lot miró atrás y se convirtió en estatua de
sal. Se levantó Abrahan muy de mañana y se fue al lugar donde había
estado en pie delante de Yahvé. Miró hacia Sodoma y Gomorra, y hacia
toda la región de la llanura, y vio que de aquella tierra subía humo,
como el humo de un horno”. Génesis 19,24-28
“Mientras seguían andando y hablando, he aquí que un carro de fuego y
caballos de fuego separaron al uno del otro y subió Elías en un
torbellino al cielo. Eliseo miraba y clamaba: ¡Padre mío, padre mío,
carro de Israel y su caballería! Y no lo vio más”Reyes 2,11-12
“El día 24 del primer mes, estando yo a la orilla del gran río, el
tigres, alcé mis ojos y miré, y vi a un varón vestido de lino blanco y
ceñidos los lomos de oro de Ufaz. Su cuerpo era como el crisolito, su
rostro parecía un relámpago, sus ojos eran como antorchas de fuego, sus
brazos y sus pies tenían el brillo de bronce bruñido y el rumor de sus
palabras era parecido al estruendo de un gran gentío”. Daniel 10,4-6
“Cuando hubo nacido Jesús en Belén de Judea, en tiempo del rey
Herodes, unos magos del Oriente llegaron a Jerusalén, y preguntaron:
¿Dónde está el rey de los judíos que ha nacido? Porque hemos visto su
estrella en el Oriente y venimos a adorarlo”.
“…Con estas palabras del rey, se pusieron en marcha, y he aquí que
la estrella, que habían visto en el Oriente, iba delante de ellos, hasta
que llegando se detuvo encima del lugar donde estaba el niño. Al ver de
nuevo la estrella experimentaron un gozo muy grande”. Mateo 2,1-2,2-104
“E iba Yahvé al frente de ellos, de día en una columna de nube para
guiarlos en el camino y de noche en una columna de fuego para
alumbrarlos”
Éxodo 13,21-22
“Subió Moisés al monte, y la nube cubrió el monte. La
gloria de Yahvé reposó sobre el monte Sinaí y la nube lo cubrió por
seis días. Al sétimo día, llamo Yahvé a Moisés de en medio de la nube.
La gloria de Yahvé aparecía a la vista de los hijos de Israel como fuego
devorador sobre la cumbre del monte. Moisés entro en la nube y subió al
monte. Y permaneció Moisés en el monte cuarenta días y cuarenta noches”
Éxodo 24,15-18
“Cuando los hombres comenzaron a multiplicarse sobre
la Tierra y les nacieron hijas, y vieron los hijos de Dios que las hijas
de los hombres eran hermosas, tomaron de entre todas ellas por mujeres
las que les agradaron. Entonces dijo Yahvé: no permanecerá para siempre
mi espíritu en el hombre, a causa de su delito; no es mas que carne, y
serán sus dias ciento veinte años. En aquellos días había gigantes en la
tierra, y también después, cuando los hijos de Dios se llegaron a las
hijas de los hombres y ellas les dieron hijos. Estos son los héroes, los
varones famosos de la antigüedad.
Génesis 6,1-4
Esta es mi referencia favorita:
"Y sucedió que el año treinta, el día cinco del
cuarto mes, estando yo en medio de los cautivos, junto al río Cobar, se
abrieron los cielos, y tuve visiones de parte de Dios. (2) En el día
cinco del mes, en el año quinto de la deportación del rey Jeconías, (3)
llegó la palabra de Yahvé a Ezequiel, hijo de Buzí, en la tierra de los
caldeos, junto al río Cobar; y fue allí sobre él la mano de Yahvé. (4)
Miré, y vi como venía del norte un torbellino, una gran nube y un fuego
que se revolvía dentro de si mismo. Alrededor de ello había un
resplandor y en su centro algo semejante a un metal brillante que salía
del medio del fuego.
(5) En el medio había la figura de cuatro seres vivientes, cuyo aspecto
era este: tenían semejanza de hombre (6) y cada uno tenía cuatro
aspectos y cada uno cuatro alas. (7) Sus pies eran rectos, y la planta
de sus pies era como la planta del toro; y brillaban como bronce
bruñido. (8) Por debajo de las alas, a los cuatro lados, salían brazos
de hombres, todos cuatro tenían el mismo semblante y las mismas alas,
(9) que se tocaban las del uno con las del otro. Al moverse no se
volvían para atrás, sino que cada uno iba cara adelante. (10) Su
semblante era este: de hombre por delante, tenían también, cada uno de
los cuatro, de león a la derecha, de toro a la izquierda los cuatro y de
águila atrás. (11) Sus alas estaban desplegadas hacia lo alto; cada
cual tenía dos alas que se juntaban con las del otro, y dos de cada uno
cubrían su cuerpo. (12) Todos marchaban de frente, a donde los llevaba
el espíritu allí andaban, sin volverse para atrás. (13) Había entre los
vivientes fuego como de brasas, encendidas como antorchas, que
discurrían por entre ellos, del fuego salían rayos. (14) Los vivientes
iban y venían como el relámpago. (15) Y mirando a los vivientes,
descubrí junto a cada uno de ellos una rueda que tocaba la tierra. (16)
Las ruedas parecían de turquesa, eran todas iguales, y cada una
dispuesta como si hubiese una rueda dentro de otra rueda. (17) Cuando
avanzaban marchaban hacia los cuatro lados, y no se volvían al caminar.
(18) Sus llantas eran muy altas y causaban espanto; pues las llantas
estaban todo en derredor llenas de ojos. (19) Al ir los vivientes,
giraban junto a ellos las ruedas, y cuando se alzaban de la tierra los
vivientes, se alzaban también las ruedas. (20) Hacia donde los llevaba
el espíritu a marchar, marchaban, y las ruedas se alzaban a la vez con
ellos, porque tenían las ruedas espíritu de vida. (21) Cuando iban
ellos, iban las ruedas; cuando ellos se paraban, se paraban ellas, y
cuando se alzaban de la tierra, se alzaban porque había en las ruedas
espíritu de vida. (22) Sobre la cabeza de los vivientes había una
semejanza de firmamento, como de cristal deslumbrante, que se extendía
por encima de sus cabezas. (23) Y por debajo del firmamento estaban
extendidas sus alas, una frente a la otra, cada uno tenia dos por un
lado y por el otro; las cuales les cubrían el cuerpo. (24) Oía el ruido
de las alas como ruido de río caudaloso, como voz del Todopoderoso,
cuando marchaban, como estruendo de campamento; cuando se detenían
plegaban las alas. (25) Y una voz salía del firmamento que estaba sobre
sus cabezas. Al pararse ellos plegaron sus alas. (26) Sobre el
firmamento que estaba sobre sus cabezas había una piedra de apariencia
de zafiro a modo de trono, y sobre la semejanza del trono, en lo alto,
una figura semejante a un hombre que se erguía sobre él. (27) Y de lo
que él aparecía de cintura arriba, era como el fulgor de un metal
resplandeciente y de cintura abajo, como el resplandor del fuego y todo
en derredor suyo resplandecía. (28) El resplandor que lo rodeaba todo en
torno era como el arco que aparece en las nubes en día de lluvia. Esta
era la apariencia de la imagen de la gloria de Yahvé. A tal vista caí
rostro a tierra, pero oí la voz de uno que hablaba...".
Ezequiel 1,15-27