lunes, 6 de septiembre de 2010

LOS AÑOS PERDIDOS DE JESÚS

Durante años, décadas; uno de los misterios más sorprendentes y llamativos trata sobre la niñez de Jesús. En la Biblia se nos relata desde su nacimiento, la huída de sus padres María y José con él en brazos rumbo a Egipto, su regreso a Nazaret, su pregonar en el templo y de ahí hay un salto significativo hasta los 30 años donde se estima que empezó con su prédica de manera más "explosiva".

¿Qué hizo Jesús esos casi 18 años que no se mencionan en la Biblia?, ¿a dónde fué?, ¿ qué hizo?. Esas preguntas y otras son las que nos hacemos con relativa frecuencia. Tratando de buscar una respuesta en nuestras Sagradas Escrituras me he topado con un comentario al respecto hecho por, evidentemente, sacerdotes o teólogos que ayudan (supuestamente) a descifrar este misterio: "Muchos se preguntan que hizo Jesús entre los 12 años, edad que tenía cuando se quedó en el templo, y los 30 años, edad aproximada de Jesús cuando empezó su ministerio público. Incluso farsantes se autorizan de este silencio del Evangelio para imaginar que Jesús fue a ver a brujos de India o que estuvo con los extraterrestres ...". Como siempre en una actitud por demás a la defensiva. Este 'farsante' quiere comentar acerca de este personaje que para mucho de nosotros es nuestro modelo a seguir, es quien nos guía con sus enseñanzas en la ruta hacia el Señor a través del amor, la sencillez y el dar a los demás. Lo hago con la libertad de querer saber algo más de alguien a quien admiro y pretendo emular en mi día a día.

Aparte de las preguntas arriba mencionadas salen a relucir otras: ¿por qué ninguno de los contemporáneos de Jesús, es decir sus amigos de infancia porejemplo, por qué no escribieron nada sobre él: cómo era de pequeño?, ¿era bromista, juguetón?, ¿por qué se nos priva esa parte de la historia?. ¿En esos años perdidos predicó fuera de Palestina, en la India por ejemplo como sugieren los 'infalibles y nada farsantes' teólogos?.

Existen relatos indios y persas que hablan de un joven 'extranjero' que se mostró muy interesado en ser instruído en la doctrina de Buda porque le interesaba servir al prójimo ya sea para curarlo, alimentarlo y guiarlo por el camino del bien. En 1897, el periodista ruso Nikolai Notovich relató en su libro "La vida desconocida de Jesucristo", que cuando visitó el monasterio Enis ubicada en la parte alta cerca del Himalaya, los sacerdotes del templo le mostraron unos viejos manuscritos en las cuales se hablaba de un profeta errante llamadon Issa, el mismo que aprendió la doctrina budista y luego de asimilar la misma volvió a Palestina.

En 1920, un sacerdote hindú tradujo el mismo manuscrito y concluyó que Issa era Jesús. Para deleite de los teólogos que no quieren que se indague al respecto, Jesús durante esos años perdidos pudo haber tenido otro destino: Inglaterra. Existen leyendas inglesas que relatan que Jesús estuvo ahí con su tío abuelo, nada más y nada menos que José de Arimatea. José de Arimatea como se recuerda enterró en su cripta los restos de Jesús. Según relatan las historias él era un hombre rico gracias a que comercializaba con estaño, incluso se dice que tras la muerte de Jesús, José de Arimatea llevó consigo el cáliz de la última cena y lo enterró en tierras londinenses.

Otra teoría más osada, es aquella que relata que Jesús estuvo con una secta radical religiosa, la de los Esenios. En la misma, fue donde adquirió ese poder de convencimiento y adoctrinamiento que le ayudó durante su peregrinaje. Los estudiosos del tema refieren incluso que este grupo tenía un manifiesto de guerra, la misma que se halló en 1947 en las inmediaciones del Mar Muerto, en éstos se rechazaba la llamada corrupción de los sacerdotes judíos y se mostraban dispuestos a luchar hasta la muerte para defender la tierra santa de los egolatras romanos, su doctrina practicada era la de amor al prójimo, compartir los bienes comunes y repartir los mismos.

Giran muchas dudas al respecto de aquellos años perdidos de Jesús, lamentablemente, quienes buscamos respuestas respecto al tema nos pegamos con un portazo en la cara al saber más de nuestro hermano mayor a quien amamos y adoramos agradeciéndole por el día vivido.

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