Siempre me he considerado una persona la cual le gusta decir la verdad; sin rodeos, sin medias tintas, directo, "en crudo". Esto, como es de imaginarse me ha costado perder amistades que les gusta o prefieren la hipocrecía a ser francos, sinceros, y qué decir de aquellos a que les gusta ser chupamedias. Yo no soy así, si a mí no me cae bien una persona, se lo digo, a solas claro.
Ahora con lo que no quiero ser un hipócrita es con la navidad. No puedo, es más, no quiero participar en este ya lúgubre ambiente festivo que se le da a este evento. Si bien es el nacimiento de nuestro hermano mayor, Jesucristo, no se tiene del todo claro que él haya nacido un 25 de diciembre. Si así lo fuera, ¿por qué se les da regalo a todos; a abuelos, padres, tíos, etc; los homenajeados en todo caso no deberían ser nuestros niños por representar a la divina creación del Altísimo?.
Si en verdad a alguno le queda una pizca de humanismo y respeto por el prójimo debe darse cuenta que la navidad no es más que una celebración ante la tristeza que representa la pobreza; donde, mientras en una casa se come y se bebe hasta la saciedad, en otras casas hay personas que duermen con el estómago vacío. La Nochebuena se ha convertido en una soberana patada en la ingle a todos los pobres, no solo del Perú sino también del mundo entero. ¿A nuestro Padre celestial le gustará eso?. Hay día de todos y para todo: día de la madre, del padre, del niño, del abuelo, de la secretaria, del amigo, de la papa, de la cerveza. ¿Hay día del pobre?. Acaso, ¿no son seres humanos como nosotros para que un día, aunque sea un solo día sean tratados con dignidad y no con indiferencia?.
La navidad ha perdido su esencia, la misma se ha convertido en una competencia de quién da el mejor regalo, el regalo más costoso, la cena más abundante, el colmo: el mejor luminoso. La pompa y demás parafernalia que rodea a esta 'fiesta' es la creación de un regordete bonachón llamado Papa Noel, el cual "lleva alegría a todos los niños". Pero en todas las propagandas televisivas le lleva regalos a los niños de buena posición económica, nunca se le ve en una barriada, o en la misma calle donde muchos niños duermen a la intemperie. Ahí es notoria la discriminación y peor aún, la desigualdad maléfica de esta sociedad en la cual vivimos.
Si crees que la navidad es la fiesta de la unión, de la paz, el cumpleaños de Jesús te aconsejo que hagas esto: llévale de regalo al primer niño pobre que veas en la calle, o a una madre de familia cargando a su pequeño mientras pide lismona; y dale alimento, pan, galletas, algo de beber: agua, yogurt, leche. Creéme que te sentirás MUY BIEN. Te aseguro que el Señor aumentará tus puntos en su récord que lleva de tu persona.
Es el momento de decirlo claramente: la navidad ya ha perdido su sentido, se ha convertido en una fiesta de la desigualdad, de la deshumanización del ser humano, y ver que los niños en su inocencia hacen parámetros de a quién querer más por la calidad de regalo que reciben, eriza la piel de qué futuro les espera a nuestros hijos.
Por eso te pregunto: ¿ Estás seguro de decir Feliz Navidad con el corazón?.
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