Frases como: “El hombre es esclavo de sus palabras”, y “Entre la espada y la pared”; son las que deben estar en este momento retumbando la cabeza del Presidente de la República, Ollanta Humala Tasso, al ver la situación presentada al interior del país, en Cajamarca, por el Estado de Emergencia decretado la noche del domingo último.
Para ello, retrocedamos en el tiempo y recordemos la campaña proselitista del entonces candidato presidencial, Ollanta Humala que decía a la población de Bambamarca (Cajamarca) y es bueno citar sus palabras textuales:
“ He visto un conjunto de lagunas, y me dicen que las quieren vender: ¿ustedes quieren vender su agua?. (…) porque, ¿qué es más importante: el agua o el oro?. Porque ustedes no toman oro, no comen oro, pero nosotros tomamos agua, nuestras criaturas toman agua, nuestro ganado toma agua, y de ahí sale la leche, salen los quesos, sale la riqueza, la agricultura necesita el agua. Por ello yo me comprometo a respetar la voluntad de Bambamarca, de Hualgayoc con respecto a la minería”.
Como es de suponer estas palabras fueron tomadas en cuenta por los cajamarquinos quienes en esa ocasión depositaron su confianza en el entonces candidato Humala. Ya en el poder, el mandatario quiso dejar en el aire esas palabras, sin embargo, los lugareños no dudaron ni un instante para manifestarse en contra de la ejecución del Proyecto Conga y optaron por sabotear el inicio de las operaciones de la Minera Yanacocha que es la ejecutora del discutido proyecto.
La semana pasada se vivió una semana tumultuosa en la cual los pobladores protegieron a más no poder sus tierras, alcanzando su clímax el pasado martes 29 de noviembre, donde se registraron violentos incidentes dejando como saldo veinte personas heridas, catorce pobladores y seis policías. La postura de los cajamarquinos era la de cancelar el proyecto ante cualquier intento de diálogo por parte de los representantes del gobierno encabezados por el Primer Ministro, Salomón Lerner. Si bien hubo diálogo, los oriundos del lugar se mantuvieron fuertes en su posición. El mismo martes 29, en la noche, 21 hrs locales, se produjo un anuncio que marcaría un hito en la historia: el gobierno en concordancia con la Minera Yanacocha, decidieron suspender el inicio de las operaciones hasta que no exista un clima de confianza y distención entre los cajamarquinos y los ejecutores del proyecto. Sin embargo, la noche del domingo último, y tras la amenaza de Wilfredo Saavedra (representante del Frente de Defensa Ambiental) de radicalizar el paro, el Presidente Humala en un mensaje la nación decretó el Estado de Emergencia en la zona para evitar luctuosos incidentes.
Si bien la calma se está retomando poco a poco en Cajamarca, ha trascendido que el precio de algunos alimentos se incrementó debido a los días que diversos negocios permanecieron cerrados ante el temor de ser atacados por la enardecida turba de protestantes. Por estos días es común ver en las calles a los militares en las esquinas para evitar cualquier tipo de acción violenta. Pero como es de suponerse, Humala tendrá que razonar rápido en esta controversia ya que el proyecto está valuado en una inversión de cinco millones de dólares que ingresarían a las arcas del estado, sin contar, que daría más de mil puestos de trabajo, recursos fiscales para Cajamarca y el Tesoro. Es lógico que con estos ‘ingredientes’ el Presidente y su equipo, junto con la Minera Yanacocha tendrá que buscar una solución razonable y equitativa para que ambas partes en disputa salgan beneficiadas. Es bueno añadir además que el 39,8% del producto bruto interno de Cajamarca se sustenta en la minería, la cual emplea al 0,5% de la población, según el Ministerio de Economía y Finanzas.
“Entre la espada y la pared”. Cajamarca no es la única ‘migraña’ que tiene el Presidente Humala de 49 años. El Vicepresidente y Congresista de la República, Omar Chehade fue suspendido la noche de ayer lunes 5, de sus funciones por cohecho activo genérico y tráfico de influencias por haberse reunido con generales de la Policía para presuntamente promover el desalojo de la azucarera Andahuasi. Si bien una vez desatado el escándalo Chehade recibió la condena popular, e incluso el mismo consejo a vox populi del primer mandatario, el suspendido Vicepresidente se dio el ‘lujo’ de asistir a la votación de suspensión de su colega de bancada, el congresista Amado Romero el pasado viernes 2. Chehade no pudo librarse del informe realizado por la Comisión de Ética del Congreso de la República y fue sancionado a 120 días de inhabilitación sin goce de haber por 103 votos a favor, 5 abstenciones y uno en contra, que como era de esperarse era el suyo.
Otra de las ‘migrañas presidenciales’ es una surgida en la ciudad de Cañete, al sur de Lima. Se produjo una movilización de los lugareños quienes protestaron ante la ampliación de un centro penitenciario. La misma trajo consigo la muerte de un joven de 24 años quién recibió el impacto de una bala en el pecho. La turba además bloqueó las carretera llamada Panamericana Sur, atacaron a pedradas a los buses interprovinciales sin importar que habían pasajeros en su interior, e incluso saquearon algunos de ellos. Si bien la situación está restablecida aún existe la posibilidad de que la euforia colectiva se haga sentir pese a que el gobierno ya ha dado su brazo a torcer en la intención inicial.
Sin lugar a dudas, un momento muy especial por el que está atravesando el Presidente Humala y que por ahora, al menos el de Omar Chehade, ha salido airoso, pero el de Cajamarca lo debe pensar y repensar con mucho detenimiento y cabeza fría.
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