De por sí, este es el tercer cambio de gabinete lo que habla a las claras de una falta de cohesión programática entre el primer mandatario y su equipo de trabajo en lo referente a la solución de conflictos como el de Cajamarca por ejemplo, donde la posición dura y frontalmente intransigente de Oscar Valdés hacía nula cualquier solución a ambas partes. Claro, tampoco hay que decir que Gregorio Santos pone de su parte, pero el error de Váldes fue que siempre se mostró como una persona renuente al diálogo y optó por la solución fácil: decretar el estado de emergencia exacerbando más el ánimo de la población cajamarquina. Tal vez la conciliadora frase del flamante ministro Juan Jiménez Mayor sea un buen augurio para el trabajo de su equipo: "Este es el gabinete del dialogo", han sido sus primeras palabras poniendo sobre la mesa su carta con la D de Diálogo marcada.
Además de haber cambiado de Jefe de Gabinete, el gobierno ha hecho otras modificaciones:
- Eda Rivas Franchini, en el Ministerio de Justicia.
- Midori de Habich en el Ministerio de Salud.
- Wilfredo Pedraza Sierra en el Ministerio del Interior.
- Pedro Cateriano, en el Ministerio de Defensa.
- Milton Von Hesse en la cartera de Agricultura.
Dada la situación actual, de convulsión social por ejemplo por las protestas en Cajamarca, y en otras localidades del interior del país, habría que poner especial atención a la manera cómo se desenvuelva el novel ministro del interior, Wilfredo Pedraza. No solo tendrá que bregar ante estos problemas ya mencionados, sino también ante la inseguridad ciudadana donde los delincuentes han tomado el control de las calles.
Pedraza tiene experiencia en lo concerniente a seguridad y conocer de dentro el trabajo en materia de seguridad, respaldado en su labor como ex Presidente del Instituto Nacional Penitenciario, cargo que ocupó en dos ocasiones, y como Coordinador de la Unidad de Investigaciones especiales de la Comisión de la Verdad. Así que tendrá en esa cartera del Interior mucho que dar dada su experiencia y ver la manera idónea de parar la delincuencia en las calles.
Pero volviendo al tema central del asunto; llama la atención que en apenas un año en el máximo cargo del país, el Presidente de la República se haya visto obligado a cambiar en tres ocasiones a su equipo de confianza lo que demuestra una fisura en la interna del gobierno al momento de la resolución de problemas y por ende de llevar al país.
Otra lectura que se tendría del cambio es que Humala está tratando de solidificar su equipo con el fin de mostrarse más conciliador, más abierto al diálogo, ya que los últimos sondeos registran una baja lenta pero progresiva en cuanto a la aprobación de su gestión, y qué mejor momento como este, para mostrarse con un gabinete nuevo , con ideas y soluciones 'refrescantes' en esta caldera que se empieza a convertir el país.
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