miércoles, 29 de agosto de 2012

¿ESTAMOS REALMENTE PREPARADOS ANTE UN TERREMOTO?

Si bien con el correr del tiempo los últimos simulacros ante un eventual sismo ya son tomados en cuenta por la mayoría de la población, es bueno reflexionar sobre si efectivamente los mismos ayudarán al momento preciso de producirse el evento.

Una cosa es el simulacro, el entrenamiento, la práctica, y otra muy distinta es cuando se produce el movimiento de tierra. Las palpitaciones son diferentes, ahí si hay tensión porque mientras que corres estás pensando en salvar tu pellejo, piensas en tu familia, en tus hijos, te preocupas por no tropezarte con algo, con que no te caiga algo sobre la cabeza. Oirás los gritos de desesperación de las personas que al entrar en una crisis de nervios seguramente rezarán, o gritarán de los puros nervios, pero es algo natural, total, somos seres humanos que nos asustamos, tal vez unos más que los otros pero en algún momento sentimos miedo.

De producirse un terremoto de fuertes proporciones acá en Lima, de por sí la cifra de muertos pueden alcanzar niveles de espanto dada la precariedad en la cual los ciudadanos nos movemos ahora por las calles: el boom inmobiliario está haciendo que las calles se llenen de edificios, de construcciones en proyecto, haciendo que el espacio para transitar se hagan estrechos, aparte la misma tierra perforada queda débil, casi sin base por edificar las bases de los edificios.

Las pistas podrían convertirse en un caos total por el excesivo número de vehículos que transitan por la ciudad, en el momento del sismo no habrá respeto a la luz roja, ni al silbato desesperado del policía. Si eres peatón tendrás que esquivar no solo a las personas que estarán corriendo asustadas, también tendrás que estar muy alerta a los postes de alumbrado público, al cableado ya no solo eléctrico, sino también al de internet, de teléfono.

Otro peligro evidente serán las conexiones de gas que por el movimiento podrían colapsar y no solo habría que preocuparse por el movimiento en sí, sino también de no inhalar el gas que escapará de las tuberias.

Se dice, se cree que estamos preparados para soportar un terremoto y un posterior (casi seguro) tsunami, pero no existe un plan integral que implique la preparación mental de la población ante un siniestro de tal envergadura. No solo basta con emitir mensajes diciendo que se debe cargar un maletín con diversos implementos, sino de preparar mentalmente a la poblacion, haciéndole notar que no se está debidamente preparada para enfrentar un terremoto y sus consecuencias, de hacerlo, la gente será más consciente ante el movimiento telúrico y tendrá para coordinar con su familia y entorno amical el cómo actuar al momento del sismo.

Mucha gente se asusta cuando alguien dice que ocurrirá un terremoto, pero no debería ser así: como escribí en una ocasión, los seres humanos tenemos un gran instinto de sobrevivencia, pero no todo se reduce a bajar ordenadamente una escalera, o ir al exterior del ambiente donde nos encontremos, la cosa va por estar listos mentalmente y ser conscientes que más temprano que tarde un movimiento telúrico afectará nuestro país. 

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